lunes, 19 de octubre de 2009

Efectos Colaterales


Buenos Aires, Junio 6 de 2029




Mi muy estimado profesor: Espero que al recibir la presente se encuentre bien de salud. (¿Aquellas molestas ronchas ya cedieron?) Le escribo para contarle los adelantos en nuestra investigación. Sabrá usted que desde que se retiró aquel día del laboratorio con fiebre tan alta, progresamos con celeridad. Creo que se aproxima el momento del éxito. El mundo no sospecha que le entregaremos en breve la droga de la felicidad. Solo unos pocos renegados, faltos de visión, podrán discutir nuestros resultados. (¡Nunca faltan!) ¿Qué más puede pedir la humanidad que la garantía de la dicha? Algo que buscó el hombre siempre con ahínco, solo con logros parciales. Nuestra fórmula, que no demorará en su concepción definitiva, permitirá a cualquier ser humano, experimentar la sensación de completa felicidad. Aún debemos conseguir precisión en la dosis, pero el detalle pronto se subsanará. Al respecto le diré que probé en mí, la última versión y los resultados sorprendieron a todo el equipo: El período feliz aumentó en diez minutos en relación a la versión anterior. (Recuerde que en usted duró veinte minutos) y esta vez no sufrí la caída de cabello que le aconteciera a su merced. (solo las cejas en este caso). El edema de glotis solo duró unos sesenta segundos y las pústulas en la espalda no provocaron dolor agudo, sino una ligera comezón. La consabida parálisis en miembro inferior ya no persiste, sino como un vestigio que se rebela en una leve renguera. El hepatograma posterior dio casi bien: los valores que excedían en un treinta por ciento, descendieron al veinte. Bien, Doctor, como verá los progresos nos alientan a continuar. Me voy despidiendo de ud. pues un insipiente mareo me impide ver con claridad estas líneas. Sabe ud. que seguimos incansables en el intento, seguros del inminente triunfo. Agradezco desde ya, a su señora esposa, la lectura de esta carta. (Aún el equipo todo, se lamenta por la pérdida de su vista.) Espero pronto poder transmitirle la noticia tan ansiada de que nuestra maravillosa droga se encuentra distribuida entre la gente. Un cordial abrazo de su discípulo, quien, si no lo aquejara esta tremenda depresión, podría llamarse feliz por completo.


Félix Karma

2 comentarios:

  1. Divagando aquí y allá me encontré con ésto que me pareció genial. Algún día alguien avisará donde está la felicidad... En realidad, ya lo han hecho...

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  2. Un año después... Gracias. Y no creo que nadie pueda avisar dónde hallar la felicidad y si lo hace seguro solo servirá para él. Ninguna receta funciona... es una actitud frente a la vida. Así lo entiendo...

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